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La Dolorosa Decadencia de «La Rebeca»: SÍMBOLO BOGOTANO EN EL OLVIDO

«La Rebeca», la primera escultura de desnudo femenino que desafió las convenciones en el centro de Bogotá. Foto Primicia Diario.

 

 

Óscar Javier Ferreira Vanegas

«La Rebeca», una escultura de mármol que evoca la gracia bíblica de una aguadora, se erigió en 1926 bajo el gobierno de Laureano Gómez, atribuyéndose su creación al escultor Roberto Henao Buriticá. Este monumento, ubicado en la plazoleta homónima del sector de San Diego, en el corazón de Bogotá, se alza como un símbolo silente de la ciudad.

Aunque su autoría precisa permanece envuelta en cierta bruma histórica, se sabe que esta copia de la obra francesa de Raoul Vernet fue esculpida por la Marmolería Italiana de Tito Ricci. Su llegada a Colombia desde París fue un encargo del presidente Miguel Abadía Méndez a don Arturo Posada Ucrós y doña María Maldonado. Inicialmente instalada en el Parque Centenario, «La Rebeca» marcó un hito al ser la primera representación pública de un desnudo femenino en la capital, antes de ser trasladada a su actual emplazamiento entre las carreras 12 y 13 con la calle 25, en el barrio San Diego de la localidad de Santa Fe.

Un Lamento de Abandono

Sin embargo, la icónica escultura no es ajena a los embates del tiempo, la contaminación y, lo que es más lacerante, la desidia ciudadana y administrativa. ¿Dónde reside la otrora activa Oficina de Mejoras y Ornato? ¿Y qué destino ha corrido el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), la entidad teóricamente garante de la protección y el cuidado de los monumentos y bienes de interés cultural de la ciudad? El IDPC, con la misión de conservar y restaurar el legado cultural en el espacio público bogotano, parece haber olvidado su encomienda. ¿Y el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes guarda silencio ante este deterioro?

La pobre Rebeca languidece, añorando los tiempos en que su blancura deslumbraba en el paisaje capitalino. Víctima de la ignorancia, su nariz fue brutalmente destrozada hace años. Con promesas resonantes, se anunció una restauración millonaria, con alcaldes y funcionarios posando para la foto tras el «éxito» de la cirugía plástica. Pero tras el flash, el olvido se instaló nuevamente. Es desgarrador contemplar esta magnífica obra sumida en el abandono más absoluto, sin que nadie alce la voz ni tome acción. Señor Alcalde Carlos Fernando Galán, ¡rescate a la Rebeca de su tristeza!

Víctima de la ignorancia, su nariz fue brutalmente destrozada hace años. Con promesas resonantes, se anunció una restauración millonaria, con alcaldes y funcionarios posando para la foto tras el «éxito» de la cirugía plástica.