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«El Panóptico»: LA UTOPÍA DE PENSIONARSE EN LATINOAMÉRICA

Pensionarse parece ser una utopía o ilusión efímera que solo es comparable con el realismo mágico de García Márquez.

 

Jhonny Alexis Lizcano L.

 

Hoy pensionarse parece ser una utopía o ilusión efímera que solo es comparable con el realismo mágico de García Márquez.

El nivel crítico y paupérrimo que atraviesa el sistema pensional en gran parte del mundo y en particular en América Latina, es el resultado o consecuencia de un auge desbordado de la informalidad económica que caracteriza el continente. Sumado a la antagónica práctica corrupta y clientelista que la burocracia política tradicional instaló hegemónicamente, a expensas de la realidad socioeconómica que caracteriza a la población latinoamericana.

Un indicador caótico que expresa objetivamente el panorama actual del sistema pensional en la región lo registra Venezuela, con una jubilación mínima de 130 bolívares, que al cambio actual, no alcanza ni los dos dólares diarios. Es decir, – que no alcanza ni para comprar el pan del desayuno -.

Otro ejemplo de la aguda crisis del sistema pensional latinoamericano se registró recientemente en Argentina. En donde los jubilados marcharon por las calles de Buenos Aires, en protesta de las medidas drásticas en el recorte presupuestal de pensión y jubilación, que decretó el gobierno de Javier Milei.

Situación que generó represión y violencia desmedida hacia los manifestantes, dejando un centenar de heridos y lesionados, por parte de la policía y la unidad antidisturbios.

En Colombia entre tanto, se ha vuelto constante y reiterativo la polarización que la nueva Reforma Pensional del Presidente Gustavo Petro, ha promovido entre seguidores y opositores del gobierno. Mientras los primeros la catalogan como progresista y de avanzada social, los segundos en representación del sector empresarial y bancario, la califican como retrógrada. Al punto de cuestionar su naturaleza por infringir el bienestar y la estabilidad económica de los empresarios y del sector capitalista del país.

Contradictoriamente un informe actualizado de la CEPAL, desde la División de Desarrollo Social, reveló que la heterogeneidad social, económica y política que caracteriza a América Latina, la hace más compleja para determinar comparativamente los sistemas de pensiones.

De ahí la insistencia en avanzar hacia un pleno cumplimiento de políticas sociales que garanticen los acuerdos de seguridad social, convenios y tratados internacionales recomendados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en sus más recientes fallos y protocolos, bajo la premisa de: cobertura, suficiencia de prestaciones y sostenibilidad financiera.

Situación que años atrás entre el 2000 y 2022, parecía mostrar positivos avances en cobertura de los sistemas de pensiones contributivos en 17 países de Latinoamérica. Logrando un incremento significativo del 52,4 al 75,5 por ciento de personas con más de 65 años de edad. Condición que a la fecha ha cambiado drásticamente, por la línea derechista o conservadora que se impuso en algunos regímenes políticos en el continente.

Pero a la par de ello, también es preocupante el envejecimiento acelerado que está sufriendo la población. Hoy se calcula que el 10 % de la población en Latinoamérica son adultos mayores, y se estima que para el 2050 sea superior al 20%, con una proyección para el 2085 poco favorable. Pues las estadísticas indican, que América Latina y el Caribe serán la primera región del mundo en la que una de cada tres personas, tendrá más de 65 años de edad.

Lo cual se traduce, que al envejecer más la población la inestabilidad de los sistemas de pensiones será mayor, por el número desproporcional de adultos que atender, frente a un número menor de cotizantes, con poca o nula posibilidad de alcanzar la utopía o ilusión efímera de la pensión y jubilación, que tanto anhelaron….