La poderosa «Junta del Narcotráfico» que opera en el manejo del narcotráfico de Colombia, desde el oriente medio.
Rafael Camargo Vásquez
Bogotá, D.C.
En una contundente declaración que redefine el panorama de la seguridad nacional, el presidente Gustavo Petro afirmó este jueves que la naturaleza de la violencia en Colombia ha transmutado de una raíz ideológica a una puramente criminal, encarnada en una poderosa «Junta del Narcotráfico». El mandatario hizo estas aseveraciones durante la ceremonia de posesión de Héctor Alfonso Carvajal Londoño como magistrado de la Corte Constitucional, marcando un giro en el discurso oficial sobre los desafíos que afronta el país.
Desde el Salón Gobelinos de la Casa de Nariño, el jefe de Estado enfatizó la urgente necesidad de confrontar esta nueva amenaza criminal «tal como es y en su realidad». Petro alertó sobre una preocupante pérdida de control territorial que, a diferencia de épocas anteriores, no recae en manos de facciones colombianas. «Nosotros estamos perdiendo territorio en Colombia, porque quienes controlan territorio para fines de exportar cocaína, que tienen unos jóvenes armados ahí, son extranjeros», sentenció el Presidente.
Esta compleja red criminal, según el mandatario, está conformada por organizaciones multinacionales que trascienden las fronteras nacionales. «Si perdemos control de territorio no es en manos de colombianos, como antes; es en manos de albaneses, de italianos, de mexicanos, de paraguayos, y en manos de colombianos al servicio de todos ellos. Esas son las nuevas organizaciones criminales», explicó Petro, dibujando un escenario de confederaciones mafiosas globales.
El Presidente subrayó que este es el verdadero «problema»: las «organizaciones multinacionales del crimen, que son dueñas del tráfico de armas, de mujeres, de niños, de órganos, de cocaína, de fentanilo, etcétera». Esta realidad, advirtió, constituye una seria «amenaza a la soberanía nacional», al infiltrar y socavar las estructuras del Estado.
Petro fue más allá al señalar directamente a grupos armados que operan en regiones críticas del país. «Los señores que se visten de verde oliva en (la región del) Micay (Cauca), o en el Tambo (Cauca), o en Argelia (Cauca), o en el occidente del Cauca, no son guerrilleros de la FARC, son la fuerza que (alias) ‘Iván Mordisco’ llevó para articular a la Junta del Narcotráfico», aseveró.
En un llamado de atención a la institucionalidad, el Presidente cuestionó la existencia de investigaciones de la Fiscalía sobre esta «Junta del Narcotráfico», de la cual aseguró haber hablado en repetidas ocasiones y ser conocida por figuras relevantes. Además, responsabilizó a esta entidad criminal de planear atentados contra su vida, la de su familia y la de miembros de su Gobierno.
Esta nueva manifestación de violencia, según el Presidente, «está matando a los colombianos. Y no es colombiana. Está ubicada incluso en algunos lugares del lujo mundial, y son unas confederaciones de mafias que venían existiendo, pero que saben que en la globalización del capital y del mundo financiero que se desata desde el 90 para acá, ellos tienen una oportunidad».
Con un tono de alerta inminente, el jefe de Estado concluyó con una advertencia severa a la nación: «Lo que yo les quiero decir es que el país está siendo agredido, que su enemigo son las organizaciones del crimen multinacional que lavan dólares con nosotros», y cuyos tentáculos, incluso, han intentado penetrar las más altas esferas del poder público.