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Ser bondadosos: «HACER BIEN NO CUESTA Y…»

bondad«Después del amor, la simpatía es la pasión divina del corazón humano», patentizó el escritor y orador irlandés Edmund Burke. Los filósofos de las escuelas antiguas y  modernas califican la bondad como un don humano, tan necesario para la sociedad, como para conseguir la convivencia y la paz.

 

Gerney Ríos González

 

El desprendido en sus conocimientos, generoso no solo en lo económico sino en su forma de darse a los  suyos, la sociedad y la vida, cuenta con el valor de la  bondad.

Es una cualidad tan hermosa en los humanos, que nada la iguala; quien la posee, conquista la estimación y el  respeto.

«El mundo es amigable para las personas que también lo son» afirmó el escritor inglés William Thackeray. El entorno se vuelve inamistoso  para aquellos que  repugnan lo bello y muestran su indiferencia a los buenos proyectos, intentos  u objetivos. La bondad se refleja en la simpatía irradiada, cuando no se vacila en entregar algo valioso a cambio de un sencillo «gracias»; ahí en ese momento, se empieza a ganar adeptos y seguidores.

«Después del amor, la simpatía es la pasión divina del corazón humano», patentizó el escritor y orador irlandés Edmund Burke. Los filósofos de las escuelas antiguas y  modernas califican la bondad como un don humano, tan necesario para la sociedad, como para conseguir la convivencia y la paz.

«También es la inversión que nunca falla», concibió el escritor norteamericano Henry David Thoreau,  autor de la «Vida en los bosques». La bondad tiene  innumerables facetas desde el simple gesto amigable de la sonrisa en  el momento adecuado, hasta cuando se da con desprendimiento sin esperar ni siquiera un agradecimiento. La bondad es uno de los valores en el liderazgo para ganarse millones de corazones. Los políticos la desconocen al prometer hasta lo imposible y olvidarse de sus electores que aguardan un poco de bondad en sus acciones. «La mayor vida no la más larga sino  las más rica en buenas acciones», según las palabras de Marie Curie, benefactora de la Humanidad, quien conoció la práctica de la bondad en cada instante de su valiosa existencia y junto a su esposo Pierre Curie, descubrieron el radio (1898).

El bondadoso es generoso, amable, accesible, fuerte, espontáneo y tiene un alto sentido del servicio. Los ajenos a este valor son egoístas, insensibles, desconfiados, hoscos y crueles. Por eso, ejercite todos los días la bondad con una actitud abierta hacia los demás; por ejemplo, al iniciar el día regale una sonrisa, porque para ser bondadoso no se requiere tener dinero u objetos. Recuerde cuantas veces se evitan tragedias con una palabra amable, en el momento adecuado, o una sonrisa con optimismo cuando el individuo se encuentra en el centro del desierto de la desesperación; también aprenda a ser bondadoso respetando el tiempo y el espacio de los demás. No siempre las personas esperan lo material, más aún, son múltiples las oportunidades en que las personas solo requieren un poco de nuestro tiempo, para ser oídas o para escucharnos inclusive. Si es intelectual, reparta sus conocimientos.

La grandeza se demuestra en la humildad de los actos. Quienes no saben de bondad se arrastran al crimen, porque desconocen los derechos humanos y los valores de la persona.

Los cultivadores del egoísmo son autoritarios y demuestran dureza y preponderancia.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco de las Américas de Indias lo afirmó, «hacer bien no cuesta nada y vale mucho”.  Ejemplos de seres sensibles los hay por millones en la literatura universal. No dude un instante en ser humanitario. Para ser verdadero líder cuente con el valor de la bondad, tan necesaria a las relaciones interpersonales. Colombia, requiere con urgencia de acciones llenas de bondad, solidarias para combatir el mal, por ello no mire por encima del hombro a aquellas personas carentes de medios de fortuna, pueden tener mayores tesoros en valores y conocimientos, aprenda de todos. Hasta el más insignificante de los seres tiene su historia, tan respetable como la nuestra. Se debe empezar por no menospreciar al semejante.

acto deEl bondadoso es generoso, amable, accesible, fuerte, espontáneo y tiene un alto sentido del servicio. Los ajenos a este valor son egoístas, insensibles, desconfiados, hoscos y crueles.