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TESSAROLO: 40 AÑOS DE TRAZO Y COLOR EN COLOMBIA

«En Colombia encontré mi trazo, los colores, y mi razón de ser»

Catherine Rodríguez

Coordinadora de editores

Primicia

Germán Tessarolo nació en Vicenza – Italia, una de las ciudades más codiciadas por los grandes imperios de la vieja Europa. A pesar de su despampanante arquitectura, exquisita comida, y diversidad artística, el Maestro Tessarolo fue seducido por las vibraciones afectivas y cálidas de Colombia, país que lo adoptó hace ya 40 años. En exclusiva para Primicia, nos habla sobre su arte, vida e influencias en este tiempo, que lo han llevado a exponer sus obras en todo el mundo, y ser reconocido como un maestro del arte por su impecable trayectoria.

Catherine Rodríguez: Maestro Tessarolo, ¿qué ha significado para usted estos 40 años de trazo y color en su carrera como pintor en Colombia?

German Tessarolo: Estos 40 años fueron como un gran trazo, por que la vida pasa así: como un trazo. En Colombia encontré mi trazo, los colores, y mi razón de ser. El solo hecho de vivir en una ciudad como Bogotá, donde la naturaleza está tan cerca, como tener las montañas ha un kilómetro, con distintos climas, donde por ejemplo: el invierno es un día de lluvia, pero no con temperaturas extremas de -18 Co, ya es ganancia. Me gusta mucho, por que no es húmedo, y la luz al estar a 2700 metros más cerca de las estrellas, es otro tipo de luz. También, la alegría de la gente, sus costumbres, la música, la comida, las mujeres, y esa  alegría de vivir, característica del colombiano. Podría decir que todo esto, ha marcado mi vida  artística en este tiempo.

CR: Todo artista tiene una fuente de inspiración para crear. Usted ¿cómo conceptualiza su arte, a partir de memorias, eventos específicos de su vida, o personas que lo han marcado?

T: El combustible de todas mis obras, son las emociones enmarcadas en diversos matices. Hace 2 meses, falleció mi hermano, más de 4 que murió un gran amigo pintor de 50 años, y esa tristeza o saudade, me sirvió para inspirarme en otro tipo de cosas. De igual menera, baso mis obras en sitios que me pueden impactar, una melodía, y lo que estoy viendo, lo peor que me puede pasar, sería  tener una vida plana.

«Alegría de vivir, característica del colombiano»

 


CR: Volviendo en el tiempo ¿de quien heredo esa vena artística, algún familiar cercano que lo haya inspirado a convertirse en pintor?

GT: Si de mi bisabuelo, Antonio Baggio. Aun conservo una obra suya de 1890, el era profesor en Italia de Bellas Artes, de dibujo y escultura. Después mi tío German, que es hermano de mi padre y todavía vive, en un momento dado fue pintor y publicista. Mi padre fue cantante de opera, y violinista, es decir vengo por esa rama artística.

CR: ¿Podría describirnos ese trazo tan característico presente en sus obras y la paleta de colores que usa para transmitir como decía anteriormente esas emociones?

GT: El trazo forma parte de mi neurosis. Yo soy neurótico hogareño, y como pinto de una manera suelta con las manos y diferentes elementos, quizás en el trazo o en la pincelada es donde amarro, contando toda la historia. Hago la costura con el trazo, especialmente con el color negro, y cuando los trazos son muy largos, son trazos que tienen un impulso, y en ese trazo descargo muchas cosas. Al terminar quedo agotado, por que dejo todo ahí plasmado.

Por otra parte yo invento mis propios colores, son muy pocos los que compro. La mayoría son preparados por mi, son colores que no están en el mercado, el 80% de los colores con los que trabajo los voy preparando. Un amigo químico, me enseñó a mezclar una cosa con la otra, logrando un acrílico de muy buena calidad, y transparencia. Me divierto mucho en el proceso, hay días, en los que me dedico hacer alquimia, a preparar colores, voy creando de un color una gama de 7 a 8 escaleras de colores, y cuando pinto voy mezclándolos acorde a mi inspiración.

CR: ¿Qué es lo más equilibrado y desequilibrado de su vida, reflejado en  el arte que crea?

GT: De pronto el equilibrio, es un equilibrio de forma, visual, y de color. Internamente creo que los artistas no somos equilibrados, pero justamente a través de ese desequilibrio, podemos realizar cosas con cierto equilibrio, la armonía y el equilibrio salen del desequilibrio.

CR: Maestro, usted es originario de Italia y se radicó en Colombia, cuéntenos un poco más ¿cómo la comunidad del arte se diferencia en cada país?

GT: Colombia es un país donde el color predomina bastante. En Italia por ejemplo, el invierno influye mucho, y la mayoría de los pintores en invierno pintan con colores más apagados. Yo estuve viviendo tres años en Benelux, entre Bélgica, Luxemburgo y Holanda, los países bajos, y en estos lugares, los inviernos son muy prolongados. Recuerdo que en un momento dado, yo ya estaba pintando en blanco y negro, me di cuenta, de que todos los trabajos de los pintores, que se quedaron en esa zona, y no viajaron, como Van Gogh entre otros, pintaban con grises oscuros, y negros. A diferencia, de todos estos pintores, que viajaban o se iban a zonas, donde había más luz, utilizaban una gama variada de color en sus obras. Para mi Colombia es color, y aquí fue donde encontré mi energía, al igual que a Dios, me cuesta mucho pintar en otro país.

CR: Sabemos que usted se convirtió al Cristianismo, ¿por qué surge la necesidad de su alma, como hombre y artista de dar ese paso?

GT: Uno es artista por que tiene un don, y el don lo da Dios. Uno realmente es un obrero del pincel, y dentro de toda esa temática, decidí reciclar una vida que tuve muy «divertida«, y azarosa. Comencé a desmenuzarla, la puse en un tamiz, y lo que quedó en el tamiz es lo que soy hoy en día.

En un momento dado, Dios me escogió, y yo encontré a Dios. Ahí inicie una nueva vida: mi inquietud por la palabra, a estudiar la biblia, a ser mejor persona, ayudando a la gente humilde, en fundaciones, a los chicos pobres, con cáncer, y a los soldados de Colombia. En los últimos 15 años he cambiado, y hace 5 años, dedico el 80% de mi vida, a leer la palabra, escudriñarla, teniendo siempre pensamientos con Dios, que ya es un amigo. Lo tengo todo el día a mi lado, nunca me siento solo, cuando estoy con problemas, que es muy a menudo hablo mucho con el.

 

La periodista Catherine Rodríguez, posa con la última obra del maestro Tessarolo, Jesús 

 

CR: Hoy en día en un mundo convulsionado, esclavo del tiempo y las obligaciones, ¿considera que el arte, aun tiene esa capacidad de tocar a las personas, como lo hacía hace 40 años? 


GT: En los últimos 20 años, hemos tenido una evolución en la percepción del arte, en la familia el primer artefacto, que se introdujo fue el televisor, después el computador, y ahora el blackberry y el iphone. Cuando la gente va a una exposición está chateando, hay una gran decadencia, por que se han perdido los valores de muchas cosas. El arte sufrió una prostitución, y en los últimos 15 años se pintó tanta basura, a través de la pantalla del minimalismo, y del abstracto, que ahora están recogiendo todo eso, y el arte está renaciendo. Ya la gente se canso de ver manchones, por que ha habido mucho manoseo y tejemaneje, son épocas y temporadas que atraviesa el arte.

CR: Desde su experiencia de vida y como artista, ¿qué palabras finales les deja a los lectores de Primicia?

GT: Las cosas no son como son sino como se sienten.

 

Para contactar al Maestro German Tessarolo escribir a los correos: tessarolo@gmail.com o gtess45@hotmail.com y a la página web: www.germantessarolo.com