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ILEGALIDAD MINERA ALIMENTA EL NARCOTRÁFICO

Cauca, Choco, Antioquia, Bolívar, Vaupés y Guainía, son los escenarios actuales de la criminalidad minera. El problema social y criminal tiene sus raíces: del bajo Cauca en Antioquia, los campesinos fueron desplazados por la violencia paramilitar y guerrillera; tomaron posesión en el Chocó y la costa caucana.

 

 

 

 

 

 

 

Gerney Ríos González

Editor Internacional

Primicia

 

 

La explotación de minerales en Colombia en forma ilegal, es uno de los más grandes y graves problemas, social y criminal, que mueve las ruedas del gigantesco engranaje de  los grupos al margen de la ley, la economía subterránea y el fabuloso negocio mundial de las drogas narcóticas.

Cálculos muy conservadores observan que en el negocio de la minería, uno solo, se utilizan 35 kilos de mercurio, el medio ambiente recibe en ríos, llanos y quebradas entre 2 mil y 3 mil toneladas de sedimentos y no menos de 330 galones de aceites quemados contaminan el paisaje, sin que el Estado tome en serio medidas protectoras de poblados y naturaleza.

En las condiciones precedentes, la minería ilegal es el alimento de los grupos armados al margen de la ley que protegen los corredores selváticos por los cuales se mueven toneladas de estupefacientes, cocaína, marihuana y opio con destino a los mercados consumidores del exterior. Y el negocio va en aumento.

Expertos mundiales estiman que los minerales, las piedras preciosas, y la industria del hábitat serán en el próximo futuro, con la energía y la tecnología de punta el objetivo de la economía en Colombia. De aquí la necesidad urgente que el gobierno trace pautas de control sobre la actividad minera, en alto porcentaje ilegal.

Colombia puede lograr su colocación en las veinte primeras economías mundiales, con la industrialización de los minerales del subsuelo. Mineralurgia, siderurgia y refinación de estos, son el punto de partida.

La fuerza publica esta llegando a cada uno de los sitios donde se ejerce la minería ilegal

El trabajo del minero es arduo y de riesgo  

 

Problemas

Los países propietarios de los recursos mineros, vieron esfumado el papel que representaba, allá por la década de los 80`s. Hicieron  un traspaso de la renta minera por el impacto en la inversión privada como factor de desarrollo.

La ausencia de un sistema oficial que controle los recaudos, ha permitido la clandestinidad de la explotación del subsuelo, el nulo fomento de la competitividad en los territorios nacionales y el desarrollo económico, factor de crecimiento.

El estado está en mora de emprender la derrota de la ilegalidad minera. Debe procurar una división entre minería ilegal y legal. Un análisis conocido señala a los primeros trabajadores como pobres. Los segundos se afianzan en el crimen. Por medio del ministerio de minas se aseguró que a “éstos y no a los primeros, hay que darles el mismo tratamiento que al narcotráfico”.

Después de la explotación la tierra queda totalmente estéril 

La presunta ilegalidad de los mineros pobres que trabajan el subsuelo para sobrevivir, “es la misma en la que sobreviven millones de colombianos honestos, cuyo único delito es, básicamente, ser pobres; también son ilegales los que venden frutas en los semáforos, los que reciclan basuras, los que cuidan autos, los que exhiben merengones en las carreteras, los que ofrecen dulces en un carrito, los que cantan en los cafés…” escribió sobre el tema el periodista Daniel Samper Pizano.

Cauca, Choco, Antioquia, Bolívar, Vaupés y Guainía, son los escenarios actuales de la criminalidad minera. En esos lugares se extrae el oro aluvial. Esta actividad, según se sabe, ha contagiado a las autoridades de acuerdo a los entes de control; es tolerada por la fuerza pública  y se citan casos aberrantes en Dagua-Valle e Itsmina-Chocó.

El problema social y criminal tiene sus raíces: del bajo Cauca en Antioquia, los campesinos fueron desplazados por la violencia paramilitar y guerrillera; tomaron posesión en el Chocó y la costa caucana. Allí montaron ilegalmente la extracción de oro y platino para sobrevivir, utilizando herramientas manuales y retroexcavadoras.

La destrucción de suelo y bosque por esta actividad es de 3 a 4 hectáreas anuales. Los impactos ambientales son irreversibles por la contaminación generada. La ilegalidad que afecta a la naturaleza es un crimen y el estado no puede ser permisivo ni con nacionales y transnacionales que explotan la industria minera.

La maquinaria pesada llega a todos los territorios de Colombia, pasando por retenes donde se paga un peaje para poder transitar  

Fiscalía y policía ya trabajan en investigaciones por lavado de activos; pero existen dos situaciones diferentes; los barequeros artesanales de esas regiones que trabajan para el diario vivir y los ilegales a gran escala que “trabajan” en convivencia con grupos armados que a la vez, respaldan la actividad de la economía subterránea, con millonarias ganancias. El estado debe incluir la minería en sus inventarios económicos con miras al Plan Nacional de Desarrollo y Plan Colombia de 2030.

 

PIE DE FOTOS

1.- La fiebre del oro se vive en todo el país. La contaminación es grande para encontrar el metal

2.-